16.4.05

A un día de las elecciones vascas

Versolaris antinacionalistas abrumados por la posible victoria de los de siempre. Dos piezas en verso que merecen la pena:


Balas o votos (con Edward G. Robinson y Humphrey Bogart)



Jeltzales muy secesionistas,
miedosos muy amarrateguis.
Sabinecheas y terroristas,
o enemigos de euskalteguis.

Borrocas muy euskaldunes,
vascongados y pikoletos,
votaremos antes del lunes:
a nadie le faltan boletos.

De Ibarrechelandia o fuera,
ya están “los días contados”.
Ciudadanos muy de primera,
y los otros, los escoltados.


Goleada, goleada: cantada.


Normales, normales: males.
Legales, legales: gales.
Inanes, inanes: planes
Losiento, losiento: lentos.
Maketos, maketos: quietos.

Matracas, matracas: tracas.
Piratas, piratas: ratas.
Dementes, dementes: mentes.
Sufrientes, sufrientes: dientes.

Encuestas, encuestas: cuestas.
Inventas, inventas: metas
Retuve, retuve: sube.
Peneuve, peneuve: uve.


Pero, fuera bertzos. A un día de las elecciones, un mínimo análisis permite encontrar que la división en la sociedad vasca es real, pero los dos bloques son de una composición tan heterogénea que se observan anomalías que pueden dar como resultado alguna sorpresa el domingo electoral:

-Trasvase de votos PP-PSOE y viceversa.
-Cansancio y miedo entre los nacionalistas que no son independentistas.
-Desconcierto en la izquierda abertzale, con varias opciones de voto: nulo, tierrocomunistas, Aralar, EB...


Los factores clave a considerar por los estrategas electorales son:

*Que no se repita la movilización de las “reservas” de voto nacionalista, como ocurrió en las anteriores elecciones. Es lo que persigue el perfil de las campañas de PP y PSOE, de menor agresividad contra los nacionalistas, aunque mucho más agresivos entre ellos. Por su parte, los nacionalistas sí ansían una movilización como la de la anterior ocasión, pero en este caso basada en limar votos independentistas.

*El factor desestabilizante de última hora en la campaña fue la presencia del partido de alquiler de los batasunos. Dejó con el paso cambiado a PNV-EA, que pretendían arañarles votos que compensasen la previsible pérdida del voto más moderado del PNV (que irá previsiblemente a la abstención). Ahora, se quedan sin los moderados suyos y sin los “moderados” de los batasunos. Además, la pelea PP-PSOE sobre la ilegalización del los cripto-batasunos favorece la publicidad del PP, y que el PSOE reciba votos próximos al nacionalismo. En otra ocasión trataremos qué hay en las entrañas de esta condescendencia del PSOE con la franquicia batasunoide.

Y después de las elecciones...

A)
Posible mayoría nacionalista PNV-EA (EB): Sería el resultado buscado por Ibarreche. Y es, digámoslo claro, la principal posibilidad si uno no rebusca en los recovecos de la complicada política vasca. Más de lo mismo.

B) En el caso de que PP-PSOE juntos tuviesen más votos que PNV-EA-(EB), cosa no tan improbable si existiese desmovilización nacionalista (falta de entusiasmo por el plan) llegaría el cambio, pero en forma de tres posibilidades:

Juanjo pensativo

- En este momento, la posibilidad de un pacto de gobierno PP-PSOE solo la permitiría el PSOE (se vería obligado) si la unión de ambos consiguiese una mayoría absoluta (grandísima debacle nacionalista), y más aún si el lehendakari elegido fuese socialista.

- Sería más probable que una mayoría no nacionalista fuese minoritaria, pues difícilmente pueden obtener una mayoría absoluta PP-PSOE. En tal caso el debate dentro del socialismo no sería incruento, tanto si gana la opción de gobierno con el PP (que solamente haría casi obligatorio un mágnífico resultado de los partidos constitucionalistas) como la de volver a gobernar con el PNV (si aceptasen los nacionalistas abandonar el planecito, según cómo y a cambio de qué).

- Una mayoría nacionalista (más EB) lograda con apoyos de la franquicia batasuna, sería un escenario que antaño era imposible pero ahora es una hipótesis de trabajo real. Seguirían gobernando los nacionalistas, pero esta vez con apoyo terrorista. También esto supondría un cambio: entre los “demócratas” serían más los votos constitucionalistas pero se les opondría un nacionalismo echado al monte por completo.

Todos estas hipótesis admiten la influencia de posibles bisagras: que obtengan o no escaños EB y/o Aralar, y lo que hagan con ellos.