18.3.06

Una Rosa sin partido


El “pelmazo bipartidismo” (termino acuñado por el, sin embargo, muy bipartidista Juan Cueto, a partir del omnipresente “bipartisanship” anglosajón), parece estar en su mejor momento, si es que en España alguna vez lo tuvo peor. Existe un bipartidismo de utilidad para el gobierno y la alternancia, que tiene éxito en la mayoría de democracias, pero el bipartidismo español (y el que incipientemente ahora experimentan sociedades menos ensimismadas en las propias miserias, como la estadounidense) sale del ámbito práctico para convertirse en un molde que distorsiona toda la realidad social, sin utilidad alguna, salvo la del mantenimiento de ámbitos sectarios. Es su carácter excluyente su aspecto más destructivo; pero la exclusión del rival no significa que traten de buscarse posiciones distintas. En el bipartidismo pelmazo ambas partes actúan igual, solo se busca que el sentido de dichas posturas y actitudes sea el contrario a las del oponente: podemos llamarlo “pensamiento especular”, no de especulación, sino de espejo (ver Sobre reflejos y catástrofes especulares).

Pero siempre existen personas que en la política pueden actuar de fermento de las trazas de pensamiento independiente que pugna por abrir un tercer ramal al discurso especular. Tiene Rosa Díez un aura que la proyecta de entre el insulso magma de los políticos españoles. La atracción que ejerce en tan diversos sectores solamente puede ser explicada por cualidades de animal político, pues Rosa no es otra cosa. En Rosa Díez a la intensidad y al número de dichas cualidades, que son el baremo del político de nuestro tiempo (humildad, cercanía, simpatía, espontaneidad, claridad en los mensajes), se unen otras más raras e, incluso, preciosas: indocilidad y valentía frente al medio hostil, incluido el medio interno del partido. Mal funciona un sistema político que pueda prescindir de una “Rosa de las dos Españas”.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

gracias por tu aportación.
muy buena.
un abrazo.
http://www.lacoctelera.com/elquiciodelamancebia

7:04 p. m.  

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