29.3.05

Mitos de ayer y hoy

Como imagen de prueba presento esta perla de sutileza humorística. El Paco Taco se curró la imagen politico-gamberra del año.

ZP y Mojamé


La "sutileza" de la imagen permite reflexiones varias sobre la vivísima actualidad del concepto de la "antiEspaña"; lo ponen a huevo.

26.3.05

Errores, horrores.

Flotaba en el ambiente.

Después de cruzar la línea

solo aumentar la apuesta permite seguir en la partida.


No eran montañas nevadas, ni desiertos lejanos.

Llegamos a decir las palabras prohibidas.


Cuánto supo cada uno; cuánto calló cada cual.

Dónde estuvo el principio; cuándo veremos el final.

Del horror que trajo el horror.

19.3.05

Estatuas y remedios

Parece que siguen empeñados en demostrarnos cuán procedente es nuestra bitácora en esta hora. Ahora ya no solo podremos tratar la Guerra Civil como un referente histórico del enconamiento y la polarización de la política española actual, como hacíamos en la última inserción. Ya tenemos a la Guerra como objeto de palpitante actualidad.

Por alguna de mis opiniones, como las de mi último post, puede acusárseme de pecar de un inusitado optimismo al augurar próximas soluciones conciliatorias que pongan fin a la triste campaña del neo-cainismo que sufrimos. Es cierto que mi optimismo es más un ejercicio de futurología que una predicción con base sólida en los acontecimientos cotidianos. Tendré que reconocer que quienes han encontrado un filón en la labor de enredar en los flecos que dejó sobrantes la transición, no parecen actores adecuados para el compromiso y el entendimiento que, sin embargo, creo que necesariamente habrá de imponerse.

De nuevo volveré a expresar una meditada ingenuidad: intento creer que lo hacen solamente por estupidez. En nuestros tiempos de gabinetes de propaganda, estudios demoscópicos y “think tanks”, no parece que las decisiones como la de la retirada de la estatua de Franco y el homenaje a Carrillo sean debidas al irreflexivo revanchismo o a respuestas reflejas accionadas por los odios. Más que malos, parece que solamente son tontos al obedecer en sus actuaciones a una calculadísima rentabilidad a corto plazo: distracción de la opinión de otros temas, poner en aprietos el historial democrático de la derecha...

Pero me detengo un momento; podría objetarse que si reparto estopa a uno de los bandos no demuestro que esta bitácora quiere ayudar a superar la polarización política en España. Responderé a la objeción: no doy estopa a un bando, sino a un proceder, que también ha sido, y es también, el de parte de la derecha. Este proceder se encuentra en quiénes desde derecha, “neo-cons”, liberalismo... parten siempre de la base de que las soluciones de un socialismo democrático son necesariamente empobrecedoras y benefician solamente, y por poco tiempo, a una parte de la sociedad. Negar la potencialidad benéfica del adversario desde la abstracción y sin atenerse a los hechos es pecado de derechas e izquierdas. Pero en este caso, la operación de maquillaje “desestatuarización nocturna” va destinada a accionar la espoleta de una supuesta bomba que dinamite la legitimidad de la derecha.

Vienen a la imaginación esas bombas, memento arqueológico de la Guerra, que después de encontrarse enterradas en algún campo hacen preciso llamar a los artificieros para que las neutralicen, aunque su herrumbrosos estado no amenace gran peligro. Los niños que ahora juegan con la bomba que han encontrado juegan a asustar con ella, juegan, y se dan un gustazo al cuerpo que, con más prudencia (y sabiduría de perro viejo) no se dieron sus antecesores compañeros socialistas; pero sobre todo, intentan distraernos y poner una carga tramposa en la balanza en la que mediremos el peso de los cambios realizados.

Mirando hacia la historia vemos figuras que adquieren talla de héroes por haber aportado su propio sufrimiento en aras de la paz y la reconciliación de una sociedad. Así, Nelson Mandela figura ya en todos los santorales de la fraternidad y el civismo. Pero ya que hay pocos grandes hombres, podría ocurrir que sean los personajes más mediocres los que puedan ofrecer un motivo para la esperanza y la superación de los odios. Me gustan algunas contradicciones que revela la política y la historia, es entonces cuando se presentan ocasiones para mejorar nuestra opinión sobre la naturaleza humana; por ello es un placer hacer aquí una reflexión que creo no se ha publicado nunca.

Generalísimo Square

En la ciudad de Santander, que este año celebra su 250 aniversario de ostentar tal título, gobierna en el ayuntamiento la derecha desde que fuesen expulsados los republicanos mediada la Guerra Civil (el primer alcalde de la democracia ganó las elecciones en la candidatura de UCD, y era el mismo que estuvo los últimos años de franquismo). Existe en ella una estatua ecuestre idéntica a la desmontada en Madrid, pero en lugar más prominente: frente al ayuntamiento. Ciudad de carácter poco apasionado, no puede decirse que existan en ella potentes corrientes de opinión para justificar la permanencia de la bastante antiestética figura, como tampoco ultrajadísimos opositores a la fachosa estatuaria. Los hechos son los que son: el 20 de noviembre del año 2004 acudieron al homenaje convocado por organizaciones de nostálgicos del franquismo.... 9 personas, todas de más de 60 años. Por la otra parte, las concentraciones que ocasionalmente se han convocado en repulsa del monumento, no han sido mucho más numerosas. La permanencia de la estatua ya se discutió al construirse un aparcamiento subterráneo, pero entonces, el mencionado primer alcalde de la democracia invocó razones de carácter histórico para justificar su determinación de reponerla a su lugar; eso sí, como actuación compensadora puso frente a la estatua una talla en piedra con un escudo republicano que se encontraba olvidada en un jardín; poco se reparaba que esa treta en nada complacía a ninguno de los bandos. Otra solución añadida, de tipo estético, fue rodear la estatua de árboles y una tupida vegetación que ocultase a los visitantes de la ciudad la vergonzante visión de los caducos símbolos, de muy dudoso valor estético.

Resulta que el actual alcalde, proveniente de familia patricia y colocado en la política por su padre pese a su escaso currículo (el académico es nulo: parece que no terminó ni el COU), en su juventud militó en Fuerza Nueva y se distinguió en los tiempos de la transición por ser un activo integrante de los homenajes (nunca muy concurridos) que dicho marginal partido convocaba para reivindicar al dictador. Pero el empuje arrollador de una democracia que ha demostrado que la convivencia es posible, y la natural evolución de un adulto con responsabilidades, han dado lugar a una situación curiosa. Es frecuente que cuando se precisa hacer una remodelación en la ciudad se plantee la cuestión de conservar o retirar los numerosos símbolos franquistas que hay en la ciudad, tema incómodo al que no se encuentra solución (a la bella ciudad se la ha llegado a calificar en alguna ocasión de “Parque temático del franquismo”). Para proceder con visos de objetividad y respaldar su responsabilidad en las decisiones, el alcalde, bien aconsejado, solicitó a historiadores de la Universidad de Cantabria un informe que orientase qué símbolos podían permanecer como simple recuerdo histórico, y cuáles habría que cambiar por resultar incompatibles en una sociedad que avanza hacia la reconciliación. Inspirados por el informe, ya se ha procedido a la retirada de algunos monumentos franquistas, pero no existía noticia sobre el futuro de la estatua del ayuntamiento (“la del caballito”). Es ahora cuando conocemos que, en el curso de las obras que se van a realizar en la plaza del ayuntamiento (hasta hace pocos años llamada “Plaza del “Generalísimo”) la figura se retirará, junto con el escudo republicano, con destino a un futuro museo (al que propongo como nombre “Extravaganza Celtibérica”, o quizás “Spanish Bizarre”).

No podemos comparar, de ninguna manera, este caso con el ejemplo de un Ghandi o de un Mandela, pero hay ocasiones en que son hombres pequeños, con todas sus miserias, los que pueden rendir un gran servicio a los ciudadanos. Qué película haría, un Kapra o un Ford con esta anécdota, que sin embargo, sobrevuela la mayor desgracia de nuestros tiempos. ¿Descubriremos que la cicatrización completa de aquella herida solo se consigue cuando las ofensas que hieren a una parte de la sociedad son retiradas voluntariamente por (los descendientes de) la otra parte que las produjo? Es la solución que dan habitualmente los padres a las disputas entre hermanos.

15.3.05

Juegos de Palabras


Juegos de parejas


El comisionado de las víctimas y su extraña co-misión

El presidente por accidente y el expresidente ausente

Doblan las campanas, rugen los políticos

La sal y la herida

12.3.05

Un año después

ANTECEDENTES:

*AVT y PP contra un comisionado para las víctimas que es ¿padre de la constitución o defensor de etarras?
*Insultos contra Pilar Manjón, insultos a Maite Pagazaurtundua y Alcaraz. Guerra entre asociaciones de víctimas.
*Esperpento de la Comisión del 11-M
*Conmemoración 11-M en la discordia.
*Inicio unilateral del cambio en constitución y estatutos.
*Enconamiento periodístico
*¿Alianza con los moros o defensa de nuestra civilización?
*¿Enseñanza de la religión o fin del Concordato?

CÓMO FUE POSIBLE ESTO

La peor situación posible que puede dar la alta tensión del clima político es transmitirla a la sociedad (y peor aún si es al revés, o si van paralelos). En realidad, la gente pocas veces está militantemente movilizada a favor de unos u otros, habitualmente solo muestra una moderada simpatía por la posición de los “suyos”, y siempre queda molesta y las más de las veces atónita al pensar cómo hemos llegado a esto.

Hemos viajado desde la Tierra de Nuncajamás en que pudimos vivir durante la Sagrada Transición y, displicentemente, casi sin advertirlo, volvemos a la Tierra por donde vaga errante la sombra de Caín. Cada uno a su trinchera. Nos damos cuenta de dónde estamos un año después de que una vil mecha reventase los trenes de Madrid, y con ellos parte del polvorín que en el último siglo ha sido nuestro país. ¿Los que detonaron la mecha conocían estas consecuencias o el efecto buscado solamente se relacionaba con su particular Guerra Santa? La hipótesis última es en la que queremos creer, ¿las kábilas marroquíes que ocasionaron el desastre de Annual y la Semana Trágica sabían que desestabilizaban al país y servían de combustible en la carrera hacia una guerra civil? En cualquier caso, los terroristas ahora ya saben mucho más sobre sus posibilidades destructoras. Y nosotros también deberíamos saberlo.

NUESTRO PASADO, NUESTRO CONSEJERO

Enfrentada a un abismo que creíamos ya lejano ¿a quién volverá la mirada esta sociedad buscando la curación de sus heridas (las del resurgir de odios)? Una situación de polarización política en España obliga pensar con el referente de los años previos a la Guerra Civil, para constatar que las actitudes políticas entonces también podían haber sido otras, y que quizá la catástrofe pudo no ser inevitable. Algún lubricante pudo haber suavizado el engranaje entre las dos Españas y, de hecho, las soluciones para la reconciliación que se algunos plantearon entonces, ahora sí que podrían ser aplicadas. ¿Busco a quién pueda desarmar a los dos bandos o a quiénes puedan desarmar a uno o a otro independiente pero de forma simultánea? Creo que es un verdadero anhelo para la mayoría de nosotros.

Me gustaría expresar tanto razones para la esperanza como mi predicción de que pueda pronto comenzar el necesario desarme de ambas partes. Un intermediario que empieza a adivinarse es la monarquía, esta vez tiene otra crucial ocasión de jugar su papel de “monarquía de todos” en la moderación de las partes: poder transmitir a la clase política que la peligrosa polarización es repudiada por la sociedad. No se puede pensar en mejor utilidad de la milenaria institución que la de hacer ver a los políticos su posible lugar en la historia. Y, a propósito de milenarias instituciones, asistimos estos días a una, aparentemente, sorprendente renovación en la dirección de la Iglesia. El cambio en la Conferencia Episcopal no puede haber sido más inteligente en cuanto al sentido que apunta, ni más oportuno; no diré más. Por otra parte, si buscamos quiénes puedan tener fuerzas para tender la mano al contrario dentro de los que están cercanos al gobierno, puede que encontremos algunos (¿vale Bono?) o puede que tengamos que esperar a una ascenso de la materia gris a la espera (Solana).

Antes de la Guerra Civil hubo también quiénes en la Iglesia buscaron la reconciliación con el gobierno y entre todos los españoles (como Herrera Oria y su periódico, "El Debate", que propugnaban reconocer la legitimidad de la República), y también los hubo entre la clase política de la derecha (muchos de los monárquicos fueron los más moderados de ese bando). En la génesis de aquella desgracia estuvo que, al igual que entre las filas republicanas, no prevalecieron nunca los que buscaban alejarse del abismo.

El compromiso para la convivencia entre españoles que no pudo ser en aquél tiempo, en que fuimos arrastrados por una deriva suicida del país y del entorno internacional, en esta ocasión es de nuevo un imperativo para fundamentar nuestra convivencia futura.